A toda gestoría y asesoría en Salamanca alguna que otra vez le han llegado situaciones de despido improcedente que los propios trabajadores no han sabido tratar, e incluso ni se han llegado a imaginar que estábamos hablando de un despido de este tipo.

Por ello, queremos usar este post para hablar de esta clase de despidos que llegan a cada gestoría y asesoría en Salamanca y cómo deben ser tratados para respaldar los derechos del trabajador, los cuales no han sido respetados con esta modalidad de finalización del contrato.

Tenemos que considerar un despido improcedente cuando se produce por no cumplir con los aspectos formales del despido o porque la empresa no ofrece suficientes motivos para justificar dicha finalización de la vinculación. Estos aspectos formales se basan en la comunicación del despido, la fecha de formalización del pago, la explicación de los motivos, la liquidación correcta del finiquito o la indemnización que corresponde al salario y las condiciones del empleado.

Por otro lado, también tenemos que mencionar las consecuencias que tiene un despido improcedente. Y es que cuando un juez determina dicha condición y le da la razón al trabajador, la empresa debe readmitir al trabajador en su puesto de trabajo o despedirlo, pero con el pago de la indemnización por despido procedente, debiendo hacer frente a una de las opciones en un plazo de cinco días.

En caso de escoger la segunda opción, es importante que calculemos bien la indemnización por despido procedente. De esta manera, la indemnización variará según la fecha desde la que entró a trabajar, pues a partir de 2012 se produjeron cambios con la reforma laboral. De esta forma, a partir de dicho año al trabajador le corresponden 33 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades.

En definitiva, si has sufrido un despido improcedente pero no lo sabes, consulta con Gestoría Moro y gestionaremos tu caso.