Rescindir un contrato de trabajo es una posibilidad para la empresa, siempre y cuando se den una serie de condiciones. Esta es una de las causas por las que se suele consultar a una gestoría laboral en Salamanca. Por eso te explicamos en qué consiste el despido y los distintos tipos.

Los despidos son improcedentes siempre y cuando no se acredite una causa que justifique la resolución del contrato de trabajo. Es posible que la empresa reconozca la improcedencia desde el primer momento y abone la indemnización máxima que fija la ley. Sin embargo, también es frecuente que la declaración de procedencia, o no, del despido, acabe siendo competencia de un juez de lo Social.

Como gestoría laboral en Salamanca, te contamos las causas que justifican un despido. Existen tres tipos de despido procedente: por causas disciplinarias, debido a causas objetivas y, finalmente, el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), de uso frecuente en las grandes empresas.

El despido por causas disciplinarias abarca un amplio abanico de supuestos. El absentismo laboral reiterado, la desconsideración hacia superiores y compañeros o una bajada del rendimiento demostrable son algunos de los motivos aducidos por las empresas.

El despido por causas objetivas ha visto ampliados los supuestos como resultado de la Reforma Laboral de 2012. Si hubo pérdidas en la empresa durante dos trimestres consecutivos y la expectativa de no mejorar a corto plazo, se puede optar por esta modalidad.

Finalmente, el ERE se utiliza en las grandes empresas porque son las que hacen un mayor uso de mano de obra. Es el más judicializado, pues hay un control de los documentos desde el primer momento. Tiene que afectar a un mínimo de 10 trabajadores o al 10 % de la plantilla de la empresa, en función de sus dimensiones.

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